Llega el fin de semana y lo único que se me antoja es meterme a mi camita muy temprano y descansar, el frío está pegando bonito, no en exceso pero si con agudeza, lo disfruto. Hoy tuve una salida relámpago a la tierra de mi abuelo, prendimos el asador al llegar allá y se armó la carnita asada, todo muy familiar, y tranquilo, recién volví, y disfruté mucho del paisaje; venía pensando en que es extraordinario no tener que escoger entre un amanecer o un atardecer, es decir, es una maravilla poder disfrutar de ambos, dice el internet que para poder disfrutar de ambos hay que colocarse en orientación hacia el oeste, necesito una brújula, creo que perdí la mía. No me gusta vivir de ilusiones, prefiero las realidades que se basan en los sueños, pero que existen, esa fue mi reflexión durante el atardecer, de pronto llegaron las palabras, y no lo profundicé más, quizá lo haga, pero por ahora me dispondré a mirar alguna película, ayer miré Nosferatu, a decir verdad no me gustó, no la disfruté como imaginé que lo haría, no sé si alguna vez te conté que durante mi adolescencia tuve un lapsus de gusto profundo por el tema de lo vampírico, y leía todo lo que encontraba sobre el tema, leía y leía, también me fui hacia la música con esa temática y por supuesto las películas, en fin, fue una etapa linda, aprendí mucho.
Cuídate de más por favor, tengo entendido que el frío cala fuerte allá, así que cúbrete, ya sé que lo haces y todo, pero no des por sentado nada hasta que te sientas al millón del cuerpo, déjate cuidar, apapachar, dar besitos en esa nariz. Te extraño.
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