No me sirve pensar en los juicios, ni en quien habrá de juzgar, hace tiempo que no tengo amigos imaginarios, ya sólo veo mis manos, y sé que algo podré hacer, más que gritar, más que decir, más de lo que parece, más.
Y a pesar de que mi esperanza esté sosteniéndose sólo con una ilusión y con la incomprensión sé que día a día, noche a noche, luna a luna ha de crecer, porque está dicho, nadie podrá ir más allá de lo natural,nadie ha de golpear con sus manos a la tierra y no sentir dolor, absolutamente nadie. Y será en vida. Entonces ellos temblarán, a ellos se les ha de partir el corazón.
¡Vive esperanza mía, Vive!