Hace unos días fui a tocar a Toluca, la capital del EdoMex,
a un festival que se llama Girl´s to the front, o como yo prefiero llamarlo:
las morras al frente. Hace como diez años que en San Luis Potosí se realizó
algo similar, recuerdo que vino una banda de morras de Zacatecas, se llamaban
las Ninfas, pero esa historia es distinta (ahora Carlita está triunfando en el
país y fuera de él).
El camino a Toluca estuvo tranquilo, creo que entre las tres
integrantes de la banda hemos estado aprendiendo a sentirnos seguras en
carretera, estando al mando del camino, sabiendo que nadie más puede guiarnos
mejor que nosotras mismas, es lo que tenemos en las manos por ahora y lo usamos
de la mejor manera.
Todo bien, hasta que un volantazo nos detuvo, junto con unos
buenos reflejos, afortunadamente nuestro susto se transformó en humor negro,
que quizá no parezca muy positivo, pero dicen que las armas son revolución
cuando están en las manos correctas, y así fue, lo que nos pudo poner a llorar
nos hizo reír.
Fuimos recibidas en casa de la gran bajista de
una banda llamada Feminais, para después trasladarnos a la casa que
consiguieron para hospedar al resto de las bandas, cuatro bandas en total, dos
de Querétaro, nosotras meras de San Luis Potosí, y Feminais de Toluca.
Zissel, Pizarnikas, Onyricats y Feminais, pa que entiendan
mejor pues, todas bandas conformadas por morras, las organizadoras en esta ocasión
son las Feminais, el lugar: Landó Studio, un lugar para hacer conciertos y para
grabar música, sitio que está haciendo historia y leyenda en Toluca; donde nos
sentimos muy satisfechas con el sonido logrado, el equipo del lugar es
accesible y profesional al tiempo.
Estando ahí nos encontramos con la stage manager, quien
estuvo al pendiente y con la mejor actitud todo el tiempo del evento, la verdad
nos ha inspirado a seguir el ejemplo de su papel. Cabe mencionar que no diré todos
los nombres de las morras, primero porque esto es México, y siendo mujer está, ante
todo, nuestra seguridad y hay seres bien loquitos, y segundo: porque si quieren
saber más pues vayan a escucharnos en nuestras plataformas y redes sociales,
si, el comercial es inevitable y se lo tragan.
Se abrió puertas al evento pasando las 20 hrs., mientras, el
camerino se llenó de estrellas, de esas que alumbran inevitablemente, algunas
echamos comidita, otras se sacaban brillo, y Zissel se preparaba para subir al
escenario e iniciar todo; y así lo hicieron, nos deleitaron con un repertorio
que incluyó composiciones propias, de esas que invitan a una espera soft del
futuro cercano, y también hicieron unos maravillosos covers, los cuales me
hicieron brincar, pues cómo no, si se aventaron desde el clásico Killing in the
name, hasta Army of me, de mi mamá Björk…que poder escénico sinceramente, a
estas alturas no es una confesión que quedé boquiabierta con la presencia,
seguridad y potencia de este power trío oriundo de Querétaro.
Siguieron Pizarnikas, banda hermana con quien hemos
compartido escenario en diferentes ocasiones, con un repertorio de canciones
propias, combativas, brujeriles, incisivas en su mensaje, puntuales, el
cuchillito de palo con mango de oro que nos cuida del patriarcado, que nos
convierte en subversivas amorosas y que nos invita a morder antes de ser
mordidas por un perro deudor, Pizarnikas en el corazón, al menos en el mío.
En tercer lugar, nos tocó a nosotras: Onyricats, qué digo
que no suene a nepotismo…sólo que el tiempo en escenario se nos fue volando, que
estuvimos muy tranquilas gracias a la calidad del sonido, y que ninguna puerta blanca
nos pudo detener, a pesar de que nos machucara un dedito…pinche puerta, gracias
a la vida, dijo Mercedes, porque nuestra guitarrista y voz es zurda, pero sobre
todo porque es poderosa.
Feminais, la banda local, estuvo a cargo del cierre del
evento, y entre bailes, síntes, luces de neón y ABBA nos hicieron sentir cada
centímetro de movimiento, básicamente nos pusieron a bailar de manera desinhibida
y sincera, de ese baile que te sale del corazón.
Terminó el tokin, y nos fuimos directo al after, el cual se
realizó en la casa que nos hospedó a todas las bandas, y agregadas, si, puras
morras, una casa que está haciendo historia…imagínense que en unos años alguien
que vaya de visita a Toluca dirá: Oye ¿es verdad que aquí hay una casa en donde
se hospedaron juntas las Zissel, Pizarnikas, Onyricats y Feminais? Yo quiero
hospedarme ahí, no importa lo que cueste.
Sí, es posible que usted, que está leyendo esto se ría, pero
es más posible que lo que acaba de leer sea una realidad.
Soy una mujer de 41 años (sí, estoy diciendo mi edad) que
comenzó a tocar por placer a los 14 años de edad, y también por Rita Guerrero,
y por cincuenta pesos de paga en total, en San Luis Potosí; baterista,
historiadora y escritora, pero, sobre todo, observadora y testigo de lo que
está pasando.
Sinceramente no creí que lo iba a ver, pero lo veo, y lo
sueno/sueño, a lado de Jime y Alix. Pero, sobre todo, admiro el camino que se
va forjando a pesar de todo…y lo seguiremos haciendo, el ahora es el único para
siempre.
Gracias por existir bajistas, gracias por recordarme el
camino, y gracias por realizar las Morras al Frente, Feminais, pero, sobre
todo, gracias a los colores del atardecer, por darme Anemoia y seguir viva en
el intento.