la lluvia juega con mi rostro
las melodías suenan en mis manos y mis piernas
en conjunto, al ritmo de las calles empedradas.
Una gran carpa llena de libros
después de un manjar elegido para diosas:
Chocolates de colores.
Me gusta tomar un baño
y luego sentirme como la ciudad después de llover.
Luces por aquí y por allá
una buena charla
risas infinitas con un par de amigos,
tarde de otoño
en cualquier vida.