domingo, junio 16, 2024

#87

 Amo la música, es la profesión más noble que conozco, te trata como la trates, aunque debo admitir que llega a ser muy delicado el coincidir con alguien para hacerla, lo extraordinario es que siempre me da una paz que no sabía que necesitaba. Es raro que las personas se acerquen a escuchar, que canten, que bailen, que se dejen tocar por el sonido. Hoy un par de personas se acercaron a mi de maneras tan distintas, primero me trataron como a una desconocida, no sabían que era la baterista, incluso una me dijo que me quedara un rato más en el evento porque tocaría una banda bien chida, otra me dijo que había ido por pura curiosidad, a los minutos me despedí para subirme al escenario; cuando bajé se volvieron a acercar pero con una actitud distinta, me abrazaron sorpresivamente, como si nos conociéramos de mucho tiempo, una me dijo que siempre había querido tocar la batería que si le podía dar clases, otra me dijo que era verdad eso de que las bateristas tienen brazos y piernas muy fuertes, y hasta me puso a hacer estiramientos para que mis músculos descansaran, jajaja, me he reído mucho, porque fue como si por el hecho de verme arriba de un escenario ya me conocieran más, pero no, creo que sólo les causa emoción ver y escuchar a alguien que hace algo que les resulta muy ajeno; como cuando a mi me resulta maravilloso ver a las personas que hacen algodones de azúcar ¿Cómo le hacen para que les queden así, tan perfectos y de colores? No sé, me parece mera curiosidad y no interés, es un espejismo. En fin, me gusta estar tranquila después de un evento, me siento en paz, en soledad, en mi casa, escuchando a This Mortal Coil, sabiendo que todo esto que siento es sólo mío, luego me parece tan fugaz. 

Por otra parte espero que ese estrés y preocupaciones propias de una producción hayan disminuido, te imagino, te recuerdo, como cuando me contabas lo que sentías en ciertos momentos, lo mucho que te molestaba el que la gente no trabajara como debía de trabajar, y me pedías que te contara lo que fuera para no pensar más, recuerdo bien tu desesperación cuando no veías salida, y solamente me pedías que te abrazara, a la distancia; por eso cuando estaba junto a ti trataba de abrazarte en cuanto pudiera, era como quererle ganar al tiempo, no importaba que no me lo dijeras, yo sabía que quería abrazarte por todo esos instantes en los que no podía hacerlo, pero sabes amor, aún creo que no fueron suficientes abrazos, no fue suficiente el confort que traté de darte mientras estabas en mis brazos, o cuando me metí en los tuyos, una noche, en aquel último sillón; te respeto tanto que no quería parecer invasiva, pero a veces no podía evitarlo, quería darte mi calor, mi paz, quería que supieras que estaba ahí sólo para ti, por eso buscaba abrazarte tanto. Lo increíble ahora es que ni siquiera me dejas mandarte un abrazo. Pero este corazón es así, terco, claro, consciente y bobo, sabe muy bien lo que es especial y lo que no, y siempre estará para abrazarte, siempre estará para tu paz, para recordarte que no mereces la angustia, el caos, ni el desasosiego, nunca lo olvides. Te extraño.

No hay comentarios.: