domingo, junio 09, 2024

#81

Sin pensarlo me aventé a mar abierto, no tenía idea del camino, sólo nadé y nadé, con temor y fuerza, no sabía hacia donde iba, sólo sabía que tenía que ir, comencé a cansarme, noté que mi corazón estaba herido, mis brazos, mis piernas no daban para mucho más, entonces me encontraste, o te encontré, no lo sé, en mar abierto sólo importa estar a flote, y cuidarse de los peligros de su inmensidad; me sujeté, nos sujetamos, y con dulzura intentaste darle confort a mi corazón, para mi fue una sorpresa, algo que nunca había imaginado estaba sucediendo, yo que siempre me sentí amada, querida, cuidada, me comencé a dar cuenta de que no había sido así, de que la mayoría de las veces eran más mis ganas que la realidad. Poco a poco comencé a entender lo que sentía, comencé a amar distinto, como una primera vez, mi cuerpo sintió plenitud, mi corazón seguía herido pero se sintió seguro en ti, sujeto a ti, como si lo mantuvieras a flote en medio del mar abierto, y tu lo tomaste con tanto amor, con tanto respeto, sin pedir nada a cambio, no sé cómo lo verías, aún no lo sé, pero lo mantuviste seguro, en paz, y seguimos por un tiempo, a mar abierto. Por cosas que aún me cuesta procesar pero que ya no les doy vueltas, decidiste soltarme, y me encontré de nuevo en medio de la mar, en su inmensidad y su profundidad, sólo que ahora mi corazón ya no estaba herido, ahora quedó completamente roto, hecho pedazos, dicen que es consecuencia del cansancio que nos deja el estar tan susceptibles, al parecer me olvidé de la vulnerabilidad en la que estaba, la que provoca el lanzarse sin pensar al mar profundo, más nunca le he tenido miedo, nunca. Nada de esto es un reproche para ti, como dicen por ahí, sólo es un recordatorio para mi, te respeto mucho, más de lo que crees; jamás me arrepentiría de besar, abrazar, sentir, amar y dejarme amar como lo hice, no importa que haya sentido nervios. Y aquí estoy, aún en mar abierto, sola, pero no de soledad, zurciendo con hilos de oro a este corazón que sabe bien lo que es amar, que no se esconde, que no le teme al dolor porque a veces viene como parte del sentir; mi corazón elije, dispone, cumple sus promesas, decide, guarda, pero por ahora soy yo quien debe mantenerlo a flote, y no puedo hablar por nadie mas; por más que intento no logro ver el mal en todo esto. Cuídate, se gentil contigo. Si, te extraño.

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