miércoles, agosto 28, 2024

#160

 Juntas, tomadas de las cinturas, la tuya a la mía y viceversa, unidas, muy quietas después del amor; o deteniendo el movimiento para pedirme que me quedara ahí, que no me separara ni un milímetro, entonces nuestros rostros se encontraban, tan cerca que nos fundimos en una sola respiración, me decías que te estabas enamorando, y yo te decía: soy tuya, lo soy, te amo. Sabemos que no sólo se trató de la piel, ni de las ganas (que nunca faltaron), se trató de más, de saborear al amor desde adentro hacía afuera, y viceversa. Eres la única para mí, no tengo la menor duda. Tus abrazos son los mejores que he tenido, los favoritos, los principales, los que portan su escudo de oro con mucho orgullo y honor, tus abrazos, son la causa de una tremenda tentación, y de una incomparable ternura, la tuya. Abrazos en el pasillo, en un sillón, en la cama, rondan siempre en mi corazón. Estar en tus brazos y tú en los míos, juntas, unidas, quietas, como un río. Te extraño.

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