domingo, agosto 18, 2024

#151

 Una noche me encontré en el filo de lo que pude ser, cerré los ojos y me solté, implosión inminente e inevitable sucedió. Hoy, casi estoy de regreso, y no es que tenga prisa, es sólo que sé que el tiempo no se debe perder en miramientos y cuestionamientos burdos que no llevan dirección. Tengo ya una larga lista de quehaceres diarios, acompañada de unas ganas ocultas de crear un universo personal, sentirme en un mundo tan basto como el que habitaba un Principito, si, el del cuento, lleno de atardeceres para cada emoción, y de elementos sagrados, aunque pocos, porque ritualista. He hablado muy poco en estos días, sólo para comunicar lo necesario, y sólo con aquellos que he permitido tener cerca, mi madre por supuesto, alguna que otra charla con mi padre, y sólo una con mi hermana. Me interesa mucho aprender sobre la pedagogía del silencio, aquella que dice que no es un instrumento de comunicación, pero ¿no es la música la unión perfecta entre el sonido y el silencio? Desvarío, me confundo, pero el agua ha bajado la temperatura de mi cabeza, de mi cuerpo, al fin. 

Me gusta mucho que te guste leer en general, que sepas tantas cosas como las que sabes, y que a diario aprendas nuevas, que poseas una claridad del norte, que veas en los demás como lo haces. Descansa, respira, ama, disfruta, que la vida es buena. Te extraño.

No hay comentarios.: