domingo, mayo 26, 2024

#67

 La música ha salvado esta racha dominical, siempre es la música a quien puedo acudir, nunca me deja sola, siempre me levanta, hace que me fusione con el calor de manera que ya no me duele, casi nada me duele, ella conoce mi más profundos secretos, y no tengo que decirle nada porque en cuanto llega a mis manos sabe lo que siento, lo que oculto a todo el mundo, ella siempre sabe. Mirar a las personas bailar mientras el sonido sigue y sigue es una fortuna, porque los tambores si son el sonido del corazón, y entender los pasos, los movimientos, sonar a su ritmo es una tarea que toma toda mi atención, y ya sólo dejo que mis extremidades hagan resonar cada onda al tiempo que los sentidos perciben. No te mentiré, no puedo, todo es difícil, pero nada es imposible, nada, dormir ayuda, pero últimamente los sueños se empeñan en hablar de más, en recordarme lo que ya no será, y que siempre ha sido de alguien más, y así seguirá, intacto allá, desaparecido aquí. Ya no quiero tan cerca a la tristeza, y trato, todos los días trato, mis ojos parece que no dan para más, pero siempre logran más, y me rio de mi, pero no me compadezco, no tengo porqué, estoy viva, y puedo ser fuerte, lo seguiré siendo hasta que ya no tenga que serlo. 

Dales duro con esas batallas, dales con todo, que no quede nada de ese mal que anda rondando, déjales en claro que les ganarás, y que saldrás triunfante, déjales en claro que tu sensibilidad, tu ternura y tu belleza están intactas, sigue fuerte, sigue y sigue, hasta que ya no tengas que seguir, y puedas ser y estar feliz, como mereces estar. Te extraño.

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