Hay tanto, tanto que muero por contarte, es difícil, saber que no me amas más (no es un reclamo, en serio que no, por favor no lo tomes a mal, que no va por ahí, de verdad) y que aún así tenga ganas de contarte a diario lo que pasa, lo que siento y lo que pienso, sin embargo, creo que sería muy egoísta de mi parte, y no necesitas nada de eso, lo sé, pienso tanto en mis palabras, no quiero ser invasiva, o que sientas o pienses algo negativo, creo que no estamos para eso, para nada de eso, ninguna de las dos.
Por eso prefiero desbordarme en lo bueno que deseo para ti, en enviarte concentración, fuerza, temple, sabiduría, aunque de esa tienes mucha, bueno de todo eso en realidad; estoy aprendiendo mucho de mi cerebro, de la acción, porque mi corazón lo tiene claro, todo lo tiene claro, y no hay mucho qué hacer con él y sus sentires. De sobra está decir que espero te cuides a diario, porque sé que lo haces, te pienso en tranquilidad, soy sincera, aunque quizá lo dudes, te pienso de la manera más cuidadosa y sensible posible, la más clara, a veces sólo aparece la poesía. Te extraño.
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