Te adoro. Sé que parece increíble, que incluso puede sonar a fantasía pura, como si me aferrara a algo que ya no existe, como si viviera abrazando una ilusión, pero no lo hago, por el contrario, me ha costado mucho aceptar esta realidad, y entender que hay encuentros que nos tocan de manera permanente, y que a pesar de que todo se mueva alrededor, a través del espacio, de todo, ese algo se queda ahí, como nuestro amor hacia ciertas figuras familiares, o a ciertos personajes y sabores de nuestra vida. Quiero que siempre estés bien, nunca me cansaré de desearte lo mejor, de tener una velita encendida para que el camino nunca se oscurezca por completo, para que nunca tengas miedo por más nublado que parezca, para que nunca te cale el frío interno, para que siempre vayas avante, siempre fuerte, siempre tu, con la ternura por delante. A veces los ánimos merman todo, amenazan con derrumbar lo más sagrado, pero no pasarán, no hay que dejar que nuestro poder se sienta frágil, tu sabes cómo hacer y qué hacer, confía en ti, como siempre lo has hecho, y sigue adelante, lejos, cerca, pero siempre adelante. Mientras te pensaré, y mi corazón te cuida a la distancia, he aprendido mucho de ti, mucho, un día quizá te lo cuente. Te extraño.
jueves, mayo 23, 2024
#64
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario