miércoles, abril 17, 2024

#28

 ¿Alguna vez te conté de mi abuela y sus remedios? siempre que caigo en enfermedad les recuerdo. Una manzana cocida diaria, porque la enfermedad no me quitaba las ganas de comer chocolate, ni dulces, un caldito de pollo, aunque no me gustaba mucho, pero le ponía un montón de verduras y así me lo podía comer sin tantos remilgos. Me tenía todo el día junto a ella, o me mandaba a dormir a su cama, a veces, cuando la fiebre era muy alta tenía alucinaciones, lo normal, dicen los doctores, recuerdo también que era de los pocos momentos en los que mi cuerpo sentía el frío, aunque mi termostato siempre ha estado algo descompuesto. Lo que nunca faltó fueron las historias, todo el tiempo mi madre y mi abuela me contaban sobre ellas, sobre todo de su niñez. Hoy que supe lo que pasa me he preocupado, inevitablemente, mi amor por ti está intacto, y estoy bien con ello, mas no quiero molestarte, nunca quiero molestarte; yo sé que te cuidas, mucho, yo lo sé, eso es algo que me enamoró perdidamente de ti, pero también sé que a veces somos como niñas pequeñas, y que en la enfermedad eso aflora, necesitamos cuidados extras, atención, mucha atención; me encantaría hacer una tregua sólo para poder ir a donde estás y cuidarte, prepararte un té, algo que haga sanar al cuerpo más rápido, abrazarte o al menos estar a tu lado para cuidar tus sueños y tu descanso, en fin, son mis fantasías diarias. Sé que no necesitas de mi atención, menos de mis cuidados, sé que quien esté a tu lado está al pendiente de ti, porque lo mereces, mereces todo el amor y toda la ternura. Pero, por favor, escucha al cuerpo, dale un descanso, duerme, toma cosas calientitas, una ducha de agua fría ayuda a combatir la fiebre, recuerda que es prioridad estar fuerte, hay mucho por hacer, mucho porque estar bien, hay que mantener el poder intacto. Aquí la lluvia no ha terminado de llegar, y pasé una noche que me hizo pensar que quizá lo del hilo rojo es cierto. Te extraño.

No hay comentarios.: