miércoles, abril 03, 2024

#14

 Pienso en ti, en tu tiempo para el café...hoy soñé tanto. En algún lugar era una mujer con todos los poderes del mundo, no sé si alguna vez te conté que mis poderes recurrentes en los sueños son dos: volar y generar frío o calor con mis manos. El tema es que ahora tenía todos los poderes imaginados, yo lo sabía, y al parecer todos los habitantes del universo lo sabían, por eso iban a verme a mi castillo, una construcción descuidada, enorme, sin techo, sólo con algunos recovecos para descansar, sus paredes lucían completas pero en total descuido, con revoco pero sin pintar...todo el tiempo llegaban visitantes, de diferentes mundos, y yo sólo vagaba por mi castillo, sabía que iban sólo para ver mis poderes en práctica, y de vez en cuando salía a verles llegar, pero no hablaba con nadie...porque estaba triste, profundamente triste, y todos esos poderes que tenía los usaba sólo para alejarme o destruir, era consciente de ello; un enojo dentro de mi me mantenía en un estado de alerta y fastidio todo el tiempo. En una ocasión llegaron cinco seres, venían de otra dimensión, estaban curioses por conocerme, les recibí, callada, siempre estuve callada en el sueño, una vez que se instalaron decidí destruir todo, y lo hice, no era la primera vez, sabía que me mantenía en un estado constante de destrucción, al menos con todo lo que me rodeaba, y si, también sabía que podia hacerlo porque tenía todos los poderes del mundo en mi. Una vez más destruído mi hogar, cambié de universos, visité varios, en todos era infeliz, en todos terminaba visitando una sala de cine, para ver algo que me entretuviera, sin éxito. Decidí regresar a mi castillo, obviamente tenía todo el poder para reconstruirlo, y la gente seguía esperando mi regreso para lo mismo, por curiosidad. Una vez que estuve de regreso decidí mostrarles algunas de mis habilidades a los visitantes, y les dije: yo no sólo puedo volar, también puedo levitar, flotar sobre el piso, de hecho nunca camino, nunca he tocado el sueño, siempre estoy flotando sobre él. Y me elevé tan alto, que podía perderme en el azul del cielo, que era muy claro, cuando regresé ví los rostros de los visitantes, cuestionando cómo es que con tanto poder no era feliz...lo mismo me pregunté...y entonces decidí que restauraría mi castillo, con sólo un chasquido de mis dedos podía pintar las paredes, adornarlas con cualquier figura, y comencé, flotando por todos lados y construyendo, esperando que el peso de mi angustia fuera menos...te extraño.



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