Sinónimos, la piel y los sentidos, los recuerdos y la memoria, extrañar y añorar, serán o no serán. Hornear pan, sentir que el aroma por toda la casa, ese aroma que ahuyenta al frío, sábado musical, de compartir lo más valioso, lo más íntimo, el amor por la música, las vivencias que nos da el crear sonidos, los infinitos intermedios que suceden al bajarse de un escenario, que curiosidad por todo lo que viene. El futuro no existe, sólo vivimos el presente, somos esto, lo que tenemos ahora, y lo que no. No soy filósofa, pero me encantaría serlo, amo enredarme entre las ideas, jalar de ellas hilo por hilo, y conocer todas las posibilidades, visualizar todos los caminos.
Un té, un baño caliente, y lista para dormir, irme profundo hasta el mundo de los sueños, allá donde puedo ser y estar con todos mis deseos, y hacerlos realidad, otra realidad. Hace algunas noches conocí a seres muy interesantes en uno de esos mundos, parecían duendes, y a una bruja, me regaló a un pequeño ser que se llama Esperanza, no es metáfora, así se llamaba. Música para el corazón.
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