Una tregua entre el corazón y yo, él dice que hoy hace un año, yo digo que todo fue un engaño, él dice que no, y se aferra, le digo que no sea terco, que no se engañe más, que fuiste un espejismo, pero él no hace caso, se molesta, me molesto, pero no pasa nada, absolutamente nada; trato de explicarle que los espejismos son así, que es muy probable que ni siquiera leas más, que una cajita con promesas eternas se puede reducir a palabras, incluso a una canción, él se queda callado, me mira con indiferencia, le digo que ya no sé qué más explicarle, que los hechos están ahí, él me dice que entonces qué fue, qué fueron los deseos, las sensaciones, qué fueron todas esas ganas que nos hacían escribir y escribir, y actuar, y viajar, qué fue eso. Me deja sin palabras, pero trato de convencerlo que son sólo recuerdos, que se fije, de quedarse fijado, en tus palabras, que las repase una y otra vez hasta que se convenza de que todo lo que dijiste es lo que realmente sientes, que fuimos un error, nada más, un capricho, lo que sea, pero él es así, sólo voltea y me recuerda que las promesas se cumplen, y que a pesar de que todo pase, una debe mantener su palabra, le digo que si, que si quiere estar así para siempre que lo haga, que si quiere abrirte los brazos siempre que lo haga, que de cualquier manera nunca los necesitarás. En fin, él es fiel a la eternidad.
domingo, febrero 09, 2025
Eternidad
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