Cuando te conocí me encontraba perdida en un mar abierto, nadando entre temores, miedos y angustias, me sentía tan pequeña, tan débil e incapaz de salir de ahí, no sabía por dónde seguir, no tenía idea de lo que estaba pasando, venía de terminar una relación de años en donde sentí tanto amor, sentí que sería para siempre, que ahí estaría para siempre,aunque sabía también que algo no estaba bien, y esa ruptura fue tan dolorosa, tan intensa y surreal, no podía creer que otra vez mi corazón se había roto, aún hoy creo que ese final no fue el mejor, y que tanto dolor no era necesario, ninguna de las personas involucradas lo merecíamos. Después pasaron muchas cosas, y conocí a un puñado de personas de un mundo que me hicieron ver algo en mi que yo no veía, ahí estabas tú; después estuviste un poco más, y me ayudaste a atravesar ese mar, con tus palabras, con tus actos, con tu interés, me cuidaste cuando ni siquiera me sentía merecedora de algo así; recuerdo cuando me dijiste que jamás dejara que nadie me tratara menos de cómo me tratabas tu, que me merecía a alguien especial y que me tratara de la mejor manera posible, siempre quisiste verme bien, feliz, y así me sentí por un tiempo. Luego pasó lo que pasó y pensé tantas cosas, sentí como si cayera en picada del lugar más alto del planeta, de nuevo a ese mar, y no quiero que pienses que te hago responsable por ello, porque no es así, dices bien, cuando las cosas pasan más de dos veces ya es sólo responsabilidad de una. Me costó mucho tenerte y perderte, porque me salvaste de una tristeza profunda, en la cual terminé cayendo irremediablemente, fuiste importante para mi, siempre lo serás, lo sé, porque abrí sin dudar mi corazón, lo más valioso que tengo. Sé que para ti se reduce todo a que lo romantizo más de la cuenta, que fue sólo un error, que fallaste a quien de verdad merece tu corazón, y respecto a ese tema jamás tuve nada qué decir, nunca lo tendré. Es algo muy tuyo, sólo tuyo. Eres excepcional, y en todos estos meses nunca me dejabas caer de alguna manera u otra, aunque estuvieras en medio de la batalla de tu vida, por eso me resulta tan difícil este final, y no hablo de una cuestión romántica, sino de todo lo que simbolizas en mi vida, en ese justo momento en que mi fragilidad se quedó en medio de ese mar, y me llenaste de fortaleza, de ganas, de todo. Me duele mucho, mucho, ya sé que lo he repetido muchas veces, sólo estoy tratando de que veas la manera en que has tocado mi corazón, porque fue de la más bella forma, y eso se aprecia mucho. Me dejaste ver tu manera de disfrutar la música, me enseñaste la forma más pura de la ternura, me dejaste tanto, y no te solté de la manera correcta, porque soy egoísta, porque algunas palabras las dejé guardadas para mi propio disfrute, como cuando me dijiste que si fuera posible ya tendríamos un pequeño ser, siempre te creí, siempre, porque sé que eres honesta por principio, aunque después te disculpabas por lo dicho. No tengo excusas, ni cara, ni nada, sólo quiero que sepas lo que significas, y cuanto me ayudaste, llegaste a mi vida en un momento de extrema susceptibilidad y me cuidaste del dolor, me sentí muy protegida, muy amada, muy especial; hoy me vuelvo a alejar de todo eso, y no es por tu causa, creo que hay algo que debo de aprender de todo esto, y quizá un día lo entienda, espero sea pronto.
domingo, febrero 16, 2025
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario