Las cosas que no se dicen, pero que existen, las que no hacen ruido, pero suenan en el corazón, esos lugares que se construyen sólo para dejarles existir como un lugar seguro, al que quizá se regrese, yo lo hago, casi a diario, y si, me siento segura ahí, me da tranquilidad, me da silencio y sinceridad, me siento sin complejos, me siento toda. Ya no hay números, es verdad, y es que la ausencia no se puede medir, la falta no tiene tiempo, ni lugar, no se mide así, no se mide.
Además, es posible ser más ingeniosa, y aceptar que eres tú. Mi corazón está intacto, lo sé, y no pasa nada, la vida es buena, el sol, el viento, dormir, comer, bailar, sentir el aroma del café, la soledad, la alegría; y si, la tristeza sigue acechando tras bambalinas, de vez en cuando me habla al oído, pero he aprendido a escucharla y dejarla ser, algún día se irá. Te respeto, siempre, por eso ya insisto, por eso a veces el silencio, todo lo sabes. Acrósticos.
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