miércoles, octubre 23, 2024

#217

 Cuando era pequeña vivía con mis abuelos, ambos muy amorosos y cuidadosos, aunque nunca hubo demostraciones físicas de afecto, su amor lo demostraban de otra manera; mi abuela con las mejores historias de su niñez, con la mejor manera de explicarme el por qué de cada alimento; mi abuelo todas las mañanas me esperaba para tomar agua de berro juntos, antes de desayunar. Él construía todo el tiempo, hacía las piñatas para cada cumpleaños, siempre muy coloridas y llenas de dulces; en una ocasión desperté pensando en que podría volar, porque lo había soñado por primera vez, así que me subí al tercer escalón de la escalera y comencé a intentarlo, una y otra vez, mirándome desde su silla me preguntó qué hacía, le dije que quería volar, pero yo sola con mis brazos, así que los extendía cada vez que saltaba; después de un rato se acercó y me trajo un cartón para que usara de alas, y me emocioné mucho, así que subí hasta el cuarto escalón e intenté, una y otra, y otra vez. Aún creo que casi logro. Bienvenida a casa amor libertad. Te extraño.

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