sábado, octubre 12, 2024

#206

 Hoy escribo más temprano porque no sé si más tarde tenga señal, aquí hay momentos en que se va la señal. Estoy en el pueblo de mi abuelo otra vez, ahora con mis padres y mi hermana, estoy compartiendo mucho con ella, hace tiempo que no lo hacía, así que aprovechamos el momento. Hay mucho maiz, girasoles, sorgo y más en las milpas, me gusta mucho ver cómo se siembra y se cosecha, y sentir cómo el sol pega duro en la piel, me gusta mucho, porque es sol del desierto me carga de energía; la noche con su montón de estrellas me llena de tranquilidad, el sonido del desierto, del viento, de los árboles: mezquites, pirules y demás, Estos pequeños y cortos viajes se vuelven grandes, por todas las emociones que afloran, por todo lo compartido. La raíz de este lugar me recuerda lo importante que es escuchar, apreciar los sonidos, dejar que las ondas sonoras penetren todo nuestro cuerpo, nuestra piel, con cada poro, dejarse tocar de la manera más libre por todo lo que podemos escuchar, es lo que recuerdo cada vez que estoy aquí. 

Ésta noche veré las estrellas, te mandaré algunas para que tú camino siga brillante, para que sigas fuerte, y para que las veas de vez en cuando, desde algún balcón. Te extraño. 

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