Cansada, pálida del corazón
con ropa de gritos
y desesperanza
amanecí.
En el momento de más debilidad
cuando el cuerpo se rindió
llegó un abrazo lleno de calma,
de tranquilidad infinita,
como ver el cielo hasta el cansancio,
si es que alguien se puede cansar de verlo.
Ojala y pudiera escribir tanta belleza
tanta precisión
tanta certidumbre
tanto de tu abrazo.
Siembras en mi corazón
miles de instantes
que poco a poco florecen en simples cosas,
desinteresadas intenciones,
sólo por estar bien,
por ver,por sentir.
Te Quiero.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario