con ojos desesperados
llenos de deseo por detenerte.
Imágenes jugando una ronda infantil
en el pasillo de aquel lugar
que no quiero recordar;
yo en el centro
con tu sombrero a cuestas
dándome aire.
Recuerdo tus manos maduras
piel de tierra mojada
naturaleza de sonrisas.
Aprendí de los sabores vegetales
los conjuros sanguíneos
y las hierbas que curan.
Tu voz es el alimento de mis sensaciones
aunque sólo viva en el claustro de mi ilusión.
Soy tu en cada paso
cada cabello
cada gesto.
Me queda un reloj que no sabe de tiempo
y una hojas que se disfrazan en cada estación
yo preferiría verte.
Hombre de corazón gigante
sólo eso pudo hacerte caer
y a mi contigo.
Te extraño.
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