los recuerdos se transformaron en no natos
y el olvido se posó en mi espalda como capa de poder.
¡Condenación!
¿Quieres un poema para ti?
¿Quieres un abrazo, acaso una caricia?
¿Un beso de esos que ponen el corazón a galope?
Quién dijo que los poemas son gratis
crees que el sentir no cuesta,
pues ven y mírame
me encontrarás en una maravillosa ausencia.
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