jueves, junio 09, 2011

Chambrita

Señorita Berrinche:
Le escribo esta atenta invitación para que me acompañe en un barco que va directo a los olvidos. Prometo contarle miles de historias sobre diferentes temas, desde ciencias exactas hasta ciencias humanas, desde sueños hasta las realidades. Debe saber, Srita. Berrinche, que me decidí a invitarla gracias a la iluminación que entró por mi cobija esta mañana; y es que una taquicardia me atacó sin piedad, y ante el miedo no supe qué hacer. Pensé en usted gracias a que es una maravillosa compañía diurna y matutina, y a pesar de las cosas buenas que ha podido sentir, tengo la seguridad de que no habrá más,cosa que me obsequia el mejor regalo: la libertad.
Mi estimada Señorita Berrinche, piense usted bien la respuesta, sabe que la pasaremos de lo mejor, en un barco de olvido hay lugar para todo y para todos; le doy mi palabra de no robarle más besos, ni de regalarle placeres indeseados, a pesar de la buena fama que tienen mis brazos. Aunque siendo usted la Señorita que es, debe admitir que se posa en ellos a su gusto y antojo, y ellos siempre han estado ahí. Entonces ¿qué dice? ¿viene conmigo? O sólo hará con estas letras lo mismo que hace con mi persona: ignorarme.
Hasta pronto mi muy querida, apreciable, magnánima y única Señorita Berrinche.

Con el corazón de chocolate: Yo.

P.D. Los hechos cometidos implican siempre responsabilidades, perder, a veces, es sólo parte del proceso.

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