A mi dama

 A veces me dejo llevar, pienso en dejar todo, e ir a donde estés, y buscarte, e invitarte un helado, que me enseñes tus lugares favoritos, caminar por tus calles favoritas, compartir los sabores que conoces, los que más te gustan, escuchar tus sonidos. Imagino sentarme a tu lado y ya, escucharte hablar sobre cómo ha ido el día a día, en fin, a veces me dejo imaginar tanto; luego vuelvo a la realidad, vuelvo al silencio, y me quedo aquí, y te extraño, y es extraño, pero no me atrevo a escribirte, porque siento que es como una imposición y no me gusta; prefiero saber de ti cuando tu quieras compartirlo, prefiero ver tu sonrisa cuando tu quieras mostrarla. Sé que estás bien, que estás tranquila, contenta, y en serio me alegro, mi corazón suelta un suspiro por ti, te abrazo.