Sábado, o bueno, domingo, domingo astromántico, dice la canción; el tiempo, esa forma tan surreal de contar algo, lo que sea, la vida, la belleza, el dolor, y todas las emociones. Mientras escucho música, le doy un receso al cerebro, es justo, después de leer y re leer los diálogos que quiero aprender, y creo que tengo ventajas, por historiadora, porque me imagino el universo del personaje, pienso en su aspecto, me veo al espejo, dicen que en el teatro todo es más exagerado, más gesticular, porque el público está a cierta distancia, no hay close up, entonces tengo que llegar hasta allá, hasta cada uno de los seres que estén ahí, confío en mi instinto, y le doy todo el voto de confianza a mi memoria corporal, por eso ensayo, y ensayo, por eso practico, siempre he confiado en que ejercitar algo nos lleva al dominio de lo mismo, y aunque sea un acto efímero, la posibilidad de que salga como debe salir, es posible, es real, y yo quiero sentir eso, sentir que lo hice, por eso practico y practico, ensayo y ensayo, puedo hacerlo, y así aprendo mejor, en la música me funciona, busco sentirme segura.
El día ha estado cargado, música, quehaceres en casa, con los espacios, que esté todo limpio para poder andar descalza, organizar cosas, estudiar textos, y, por supuesto, preparar los alimentos; hoy me di el gusto de una deliciosa pasta, quedó muy buena, agua de limón con chía, heladita, porque el calor está bueno, y de postre, un durazno, para sentir que la vida es buena. Y para mejorar las cosas llegó la tarde y con ella un viento fresco, dan ganas de pasar la noche en la terraza, en una hamaca, pero eso implica ponerme a armar todo ahorita y la verdad estoy algo cansada, hoy acepté que todas mis labores implican todo el cuerpo, cada extremidad, cada articulación, estoy tranquila. Y pienso en ti, me gustaría mucho que un día pudieras ver todo lo que yo veo en tu manera de amar, porque es tuya, sólo tuya, y es de lo más hermoso que he conocido. Te abrazo.
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