Extrañar es algo que casi nunca se puede controlar, porque no es un impulso, no es un invento, tampoco viene de una fantasía, no se puede extrañar lo que no se ha sentido, ni lo que no se ha vivido, aunque existe la anemoia, pero eso es otra cosa. Hoy le he dado vueltas a esa sensación: extrañar. Puede haber una gran diversidad de cosas y situaciones para extrañar, quizá un momento, quizá las palabras, las acciones, y a personas obviamente. Hace tiempo que no siento la ternura cerca de mi, que no siento un interés hacia lo más básico de mis emociones, si, siempre hay con quien compartir el tiempo, el espacio, pero hace tiempo que nadie se me acerca sólo para estar, llegué a la conclusión de que eso también puede ocasionar una sensación de añoranza, el asunto es que eso no es extrañar. Extrañar, en mi caso, viene con el deseo, con la intención, y si, yo extraño la ternura, compartir y demás, la diferencia es que lo extraño de ti, aunque bueno la ternura se te escapa siempre; extraño estar cerca de ti, extraño tantas cosas, y de pronto me pongo algo triste, pero me quedo tranquila al saber que hubo un tiempo en que en realidad estabas para mi, y yo para ti. No dejaré entrar nada negativo en todo esto. Cuídate mucho, mantente fuerte, seria, atenta, y sonríe al menos una vez al día, sigue alumbrando con tu belleza, sigue al pie de esas batallas, no las dejes vencerte, nunca, va a pasar, todo va a pasar; me alegro mucho de haberte conocido. Te extraño.
miércoles, julio 10, 2024
#112
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