jueves, julio 10, 2025

Etnografía

 Ya sé que pasan muchas cosas, muchas vivencias, muchos colores, el universo de sonidos, y todo lo podemos reducir a pequeñas cosas, como un café recién hecho por la mañana, que alguien te lo prepare y te lo dé en una taza blanca, para no distraerte, aprendí mucho de ti, aún lo hago. Hoy pienso en la vida, dos amigos han sido enterrados en menos de un mes, de edades muy cercanas a la mía, hay conmoción alrededor. Pero yo trato de no incluirme en eso, como ya lo he dicho antes, la muerte y yo nos divorciamos hace tiempo, nuestro encuentro no fue el más cordial, pero nuestra separación si: ni ella se mete conmigo, ni yo con ella, así, sencillo. Gracias a eso aprendí a no sufrir ni padecer nada antes de tiempo, aprendí a no imaginarme las tragedias, ni las negaciones o los dolores que pueden estar en camino ¿para qué? si todo lo que ocurre, ocurre en el presente, no antes, no después. 

Hoy tuve ensayo con la banda musical, todas estaban muy preocupadas porque el último amigo murió a causa de la depresión; hablaron sobre la soledad, y el aislamiento. Mientras yo les decía que el arroz tipo japonés que les preparé había quedado muy bueno, decían que si, y luego seguían con la plática; yo sólo disfrutaba de la comida, y las escuchaba, las veía, realmente estaban preocupadas, puedo entender por qué, más no para qué; entonces terminé de comer y les dije: no sería bueno que así como celebramos los cumpleaños tuviéramos un día para celebrar una muerte imaginaria, ¿cómo? dijeron, pues sí, continué, imagínense que se ponen una fecha en la que se conmemorará su muerte, y esa fecha todas y todos nos demuestran lo que harían, o harán, cuando eso suceda, o sea, que te manden flores, que recen como si antes lo hubieran hecho, o que te recuerden lo importante que eres, o tus virtudes, o las fotos juntas, o hasta un mariachi, estaría bonito verlo en vida ¿no?. Sólo sonrieron. Y es que para mí, no hay nada como la vida, y el amor a ella, porque no es una oportunidad, es más, es lo que somos, por eso no hay que parar, no hay nada que valga más la pena que el sentir, todo; así el dolor no sobrepasa a la dicha, en fin. Me encantaría saber tu opinión. Te extraño. 

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