tienta al corazón con sonrisas tiernas,
convierte al sudor en miel,
se escurre en mis alegrías.
Ciclos vitales se refuerzan,
se completan, poco a poco, con lealtad.
La maravillosa Luna Llena se prendió de mi espalda,
iluminó mis ojos con incienso y copal,
robó mis suspiros, como si fuera el mar.
Fue en cualquier calle
afuera de cualquier casa que habito,
ahí me quedé, quieta,
mirándole, dejándome sentir su piel tan blanca,
piel de agua cristalina,
piel de semilla.
La marea nos trajo hasta la habitación,
nos dejó aquí para darnos un beso,
sólo hasta que llegara el amanecer,
sólo hasta que los secretos nacieran.
Luna re llena
quédate aquí,
sobre mi espalda.
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