brazos, piernas, estómago,
piel, para acabar pronto.
No parques
no besos
no sonrisas
no ella.
Domingo
dolor permanente.
Maldición,
recuerdo cuando no había necesidad de sonreír,
cuando corrían los ríos de caricias por todas las horas,
siempre tocándonos.
Veo a mi vejez cada Domingo,
tengo una cita final con ella.