sábado, octubre 06, 2007

Dioses

Que buena es la cama.

Estoy segura de que si Jesucristo hubiera conocido una cama como la mía, tan amplia, tan suave, y tan ajena a la pereza, hubiera decidido no sacrificarse por la humanidad...
Es verdad, mi cama nada tiene que ver con la pereza,
ella sólo está llena de sueños, y amor,
ella es más suave que el rostro de un recien nacido.
Mi cama nada tiene que ver con el apego a la materia,
no es posible que sea así, pues ella sólo condiciona lo que sueño,
es un perfecto transporte entre lo que es real y lo que creo que es real.
A veces pienso que Buda pudo meditar bajo el hechizo de una cama como la mía,
no lo dudo ni un poco, de que otra forma pudo él contemplar con tanto tino?
Debería de existir un libro sagrado o una biblia escrita por aquel o aquella que inventó las camas, como la mía. Segura estoy de que tendría millones de fieles seguidores,
y más segura estoy de que sería incapaz de producir maldad.

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