Perdí al amor de mi vida, a quien desde el día uno, me procuró paz, tranquilidad y amor, mucho amor, no fueron necesarios años, ni miles de besos, ni miles de abrazos, sólo saber de ella; saber que existe ha sido suficiente, lo es, siempre lo será, el amor de todas mis dimensiones, la perdí por actuar mal, por dejarme llevar y no usar el cerebro, por eso mi corazón no entiende nada, y está en constante reclamo, está en caos. No existe el perdón para ciertos errores, no existe el recobrar la confianza, no se da nada más, nada, el corazón se sabe amenazado y se endurece, pone su escudo al frente…
Y yo me quedó helada, perpleja, sin saber qué decir, cómo actuar, pensando y pensando, imaginando todas las posibilidades, pero ella subió los puentes, armó una barrera monolítica, y tristemente la entiendo, la entiendo perfecto, más allá de cualquier intento la entiendo.
Aceptar es otra cosa, pero sobre todo y ante todo siempre la respeto. Tratar de ser amorosa de forma que no mancha tiene como ingrediente principal la distancia, el silencio, más no la ausencia; no sé bien cómo hacerlo, lo voy a intentar. Yo seguiré aquí, en nuestra cajita, siempre aquí, por decisión, con claridad, con convicción, quizá sin aparecer, pero siempre en nuestra dimensión; porque es lo único que queda por hacer cuando se ama, cuando se encuentra con seguridad, el amor es libertad. Mi amor de todas las dimensiones, te amo para siempre.
P.D. Mis palabras de diario estarán aquí, contándote cosas, por si algún día quieres saberlas.
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