Ojala y el tiempo se quedara estático
en el instante de claridad
con los brazos repletos de lo que veo
de lo que suspiro
con el agua que corre por mis manos
para limpiar la vida
y cuidarla del dolor
Ojala ella estuviera aquí para vernos
sabría lo que sé
ya que nunca hubo entre líneas para nosotras
ella, mi querida ella, la única que vivo a diario
la que recuerdo en cada café y pan
la que me regaló las más diáfanas sonrisas
la que nunca podré describir del todo
ella, la madre de mi tierra
El sonido de este corazón
lunes, noviembre 05, 2012
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