Con los pies en el camino y los ojos posando en la tierra llega hasta mi un instante desconocido,el corazón me llama, y me cuenta de como arde con este tiempo; y no sé que hacer, sólo me detengo, me planto como árbol, extiendo mis ramas y busco en el cielo una solución.
El viento hace su trabajo, las nubes me ayudan a cubrir el llanto, y entonces sé que estamos en armonía, el cielo y yo, las pesadas nubes se convierten en mi techo, al parecer quieren cubrirme, pero es de día y la luz también hace lo suyo; se filtra en mi corazón, y duele como si lo partiera un rayo, y suenan igual mis gritos...
He de mantenerme en vuelo, enredada con las nubes, revolcada con el viento, y con el sol como alimento...
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