
y con tu viento alejando mis temores,
sin delicadeza.
Llevo días con los oidos cerrados
y con los ojos muy abiertos,
a la nada.
Ya sólo percibo los colores del amanecer
y de lo que atardece,
morados, rojos, azules, naranjas, de todos!
Mi paisaje personal es tan hermoso
con cálida armonía y ciega música,
con manos andantes y pies de raiz que riegan semillas aqui y allá.
Estoy cada despertar sobre el rostro de mi madre,
y ahi voy, ahi me quedo,
ahi duermo y despierto.
En su piel me llena de lluvia, de fuego,
y de alimento para mi todo,
para mi paisaje particular
en donde me muevo al ritmo del mar,
y en donde me protego de los bichos con la tierra,
su tierra.
Bendición estar aqui por la naturaleza,
bendición amar y amarte;
así al pensarte siempre es inevitable sonreir...
Te ama.
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