
tanto, tanto,
como aquel viento que te asustó en el mar.
Aqui sentada te espiaba por una angosta rendija en la puerta,
y solía pensar en la solución para cuando llegará la soledad en este lugar,
nunca la encontré.
Hace una noche, (apenas una noche)
que el insomnio me acompaña,
callado y con una mirada extraña de compasión.
Entiendo que estás bien
y me agrada mucho tu felicidad,
me contagias toda.
Es sólo la maldita nostalgia que me trae de la mano
y me lleva, y me trae, a donde quiere,
a cualquier lugar, a donde sea, en todo.
Se tragó mi hambre,
se llevó mi sueño,
y dejó perdida a mi sonrisa.
Mi llanto correrá entre mis helados huesos
y nada hay por hacer.
Sólo abrazarme a ti,
a tu ropa,
a tus libros,
quizá.
Iré pronto
y la usencia no volverá aqui,
y no volverá a allá.
Tu y yo andaremos de aqui a allá,
juntas en la eternidad.
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